Foro para la Izquierda Comunista Internacionalista
El grupo Perspective Internationaliste y Controverses han celebrado una reunión pública común el 23 de septiembre de 2009 en Bruselas sobre el tema: ¿Qué crisis del capitalismo? La exposición que presentamos está disponible en nuestro sitio web [1] y en el nº2 de nuestra revista [2]. Perspective Internationaliste ha tomado la feliz iniciativa de traducirla al inglés acompañándola de comentarios [3]. Éstos abren un debate que nosotros proseguimos aquí y que permitirá desarrollar nuestro punto de vista:
Perspective Internationaliste piensa que “el problema de los mercados y la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia no pueden ser separados. Debemos ver cómo interactúan y para ello debemos ver su origen común”. Ésa no es la posición de Marx, ni lo que se constata en la realidad: “En efecto, al ser factores independientes el mercado y la producción, la extensión de uno no corresponde forzosamente al acrecentamiento del otro” [4]; “Las condiciones de la explotación inmediata y las de su realización no son idénticas. No sólo difieren en el tiempo y lugar, sino que tampoco están ligadas teóricamente” [5]. En varios lugares de su obra, Marx emplea términos muy fuertes para mostrarnos que la producción (o las condiciones de la explotación inmediata) y la realización en los mercados son “independientes”, “no ligadas teóricamente”, “no son idénticas”. Marx no se habría expresado jamás de esta manera si hubiese pensado que estas dos etapas fundamentales en el cierre del circuito de la acumulación “no pueden ser separadas” o tienen un “origen común” como piensa Perspective Internationaliste. Si Marx habla en términos tan fuertes es porque ha llegado a la conclusión de que la producción y los mercados están determinados de modo diferente:
a) Las contradicciones relativas a la producción muestran las dificultades para los capitalistas para extraer suficiente plusvalía para un capital dado ( lo que engendra la baja tendencial de la tasa de ganancia).
b) Mientras que la extensión de los mercados depende de las “relaciones antagónicas de distribución” del producto social entre las clases (Marx).
Ciertamente ahí hay dos causalidades fundamentales “independientes”, “no ligadas teóricamente”, que “no son idénticas” y que encierran sus contradicciones propias.
Que Marx haya separado esta independencia fundamental entre la extracción del plustrabajo y su venta, esto no le ha impedido analizar las interconexiones e influencias entre estas dos etapas, como recordamos en nuestra exposición: “En general, estas dos contradicciones se manifiestan juntas y se engendran mutuamente: en efecto, no poder vender todas sus mercancías no permite recuperar la totalidad de su ganancia, y una insuficiencia de ganancias engendra una insuficiencia de mercados”. Sin embargo, las interconexiones y las influencias entre el mercado y la evolución de la tasa de ganancia no significan que estos dos fenómenos “no pueden ser separados” o que hay que ver en ello “un origen común” como piensa Perspective Internationaliste. En efecto, para Marx, es erróneo teóricamente hacer derivar estrictamente la importancia de los mercados de la evolución de la tasa de ganancia, e inversamente: “hay que insistir en el hecho de que estas dos contradicciones pueden asimismo presentarse por separado o de modo tal que una de las dos contradicciones predomine”, como decíamos en nuestra exposición. Como prueba, existen múltiples configuraciones del capitalismo en el tiempo y el espacio que atestiguan el hecho de que las ganancias y los mercados pueden muy bien evolucionar independientemente los unos de los otros. Así ocurre en la hora actual: la formidable contracción relativa de los mercados no ha impedido que las ganancias aumenten fuertemente desde hace una treintena de años. De lo cual se deduce que se puede muy bien tener ganancias en alza con mercados relativamente contraídos. De igual modo, durante los años de 1970 los mercados han sido sostenidos por la intervención estatal al tiempo que las ganancias caían drásticamente.
Marx no dudaba en afirmar claramente que la disminución de la parte salarial constituye la razón última de todas las crisis de sobreproducción: “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y el consumo restringido de las masas frente a la tendencia de la economía capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si éstas no tuviesen como límite más que el poder de consumo absoluto de la sociedad” [6]. Con Marx, nosotros no dudamos en defender este análisis. En efecto, la demanda salarial representa la parte más importante de la demanda final a escala global. A partir de ahí, una disminución de diez puntos de aquélla desde el inicio de los años de 1980 se traduce en una restricción relativamente importante de la demanda final que dificulta grandemente al capitalismo cerrar su circuito de acumulación [7]. Lo que Perspective Internationaliste olvida es que la restricción de los mercados, según Marx, no se deriva únicamente del mecanismo de la baja de la tasa de ganancia como consecuencia del aumento del capital fijo (el denominador en la fórmula de la tasa de ganancia), sino también del incremento de la tasa de plusvalía (en el numerador de la fórmula de la tasa de ganancia) como consecuencia de la disminución de la parte salarial en el producto social total.
Perspective Internationaliste piensa que “el aumento de los mercados solventes y la disminución relativa de los salarios pueden coexistir”, y que “si los salarios disminuyen con relación a las ganancias, esto significa que los capitalistas pueden consumir más”. Dicho de otro modo, la disminución de la parte salarial se traduce en un aumento del consumo de los capitalistas y no es contradictoria con el aumento de los mercados. En una palabra, para Perspective Internationaliste el consumo final funcionaría como los vasos comunicantes: lo que uno pierde, el otro lo gana. Ése no es el análisis desarrollado por Marx. Más aún, ¡ése es el que ha rechazado explícitamente!
Ciertamente, la disminución de la parte salarial se traduce en un aumento correspondiente de la parte de las ganancias; sin embargo, Marx explica que esto no implica de ninguna manera un acrecentamiento correspondiente de la utilización de estas ganancias para el consumo o la inversión. Dicho de otra manera, es necesario que haya ocasiones de empleo rentable para este acrecentamiento de las ganancias. Ahora bien, como la demanda final ha sido comprimida drásticamente como consecuencia de esta disminución de la parte salarial, las ganancias ya no pueden ser invertidas de nuevo como antes para ampliar el ciclo de acumulación. Por tanto, hay una pérdida de dinamismo de las inversiones y de los empleos (y, por consiguiente, de rebote, un acrecentamiento de la restricción de los mercados solventes).
De igual modo, si el consumo de los capitalistas puede aumentar efectivamente como consecuencia de un incremento de la parte de las ganancias (es lo que, por lo demás, ha ocurrido a partir de los años 1980), este incremento está lejos de haber podido compensar la disminución del consumo salarial, tanto más cuanto que el consumo de los capitalistas es improductivo por naturaleza.
Estas ganancias superabundantes vienen, pues, a alimentar la esfera financiera, no porque la tasa de ganancia sería demasiado débil o en declive (como piensa erróneamente Perspective Internationaliste), sino porque los mercados son relativamente demasiado estrechos (como pensamos nosotros). A partir de ahí, el desarrollo de la crisis desde los años de 1980 ilustra lo que Marx ha puesto en evidencia regularmente: los deslizamientos en el reparto del producto social entre las clases no se traducen en un mecanismo automático de vasos comunicantes en términos de consumo final, sino en crisis de sobreproducción: “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y el consumo restringido de las masas” (Marx).
Sin duda, es cierto que el consumo se ha mantenido e incluso ha aumentado en los Estados Unidos desde los años de 1980 (gráfico nº 5 de nuestra exposición), pero es únicamente porque ha sido sostenido por (a) la baja continua de la tasa de ahorro (gráfico nº 7 de nuestra exposición), (b) el aumento del endeudamiento de las familias (gráfico nº 6 de nuestra exposición), y (c) la posición hegemónica de este país. Dejando de lado que esta política ha llevado a los Estados Unidos a un callejón sin salida, sólo era posible en este país, teniendo en cuenta su posición dominante y el papel jugado por el dólar. Efectivamente, no se encuentra este aumento de la demanda final en los otros grandes países desarrollados. En éstos disminuye (incluso si se constata también que ha sido relativamente sostenida en comparación con la disminución de la parte salarial a través de un acrecentamiento del consumo de la clase dominante, pero no por medio de las inversiones, que han continuado disminuyendo):
Gráfico nº 8: Parte de los salarios y del consumo privado en el PIB (Unión europea) [8]
Parte salarial (escala de la izquierda) Consumo en % del PIB (escala de la derecha)
Este análisis elaborado por Marx y que hemos recordado en el plano teórico, y demostrado en el plano empírico, no tiene estrictamente nada que ver con la teoría subconsumista de las crisis que, por lo demás, él critica: “...se pretende que la clase obrera recibe una parte demasiado escasa de su propio producto y que se podría poner remedio a este mal concediéndole una parte mayor de este producto, o sea, salarios más elevados” [9]. En efecto, aumentar los salarios no resolvería nada pues éstos habían sido reducidos precisamente para volver a elevar la tasa de ganancia a partir de 1982. A partir de ahí, los temores de Perspective Internationaliste contra el análisis de Marx son infundados: “...un análisis como el de Controverses (y Marx) que dice que la causa de la crisis es una insuficiencia de demanda por parte de la clase obrera, es recuperable por la izquierda del capital”. En efecto, no porque Marx pensase que “La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y el consumo restringido de las masas” ¡hacía de su teoría un caballo de batalla para la izquierda del capital!
Compartimos con Perspective Internationaliste la idea de que el capitalismo se ha convertido en un modo de producción obsoleto que puede y debe ser superado. Esto se manifiesta, entre otros, por el hecho de que si la medida de la riqueza producida por el tiempo de trabajo ha constituido un progreso histórico en el pasado, se ha hecho cada vez más anticuada. En efecto, el tiempo de trabajo se hace cada vez menos operativo para medir la creación de valor (esto se manifiesta especialmente en ciertas ramas de la informática). Esto es lo que Marx había resaltado ya en su época con gran premonición: “El capital es contradicción en acto: tiende a reducir al mínimo el tiempo de trabajo mientras hace de él la única fuente y la medida de la riqueza. [...] Por otro lado, despierta todas las fuerzas de la ciencia y de la naturaleza, así como la de la cooperación y la circulación sociales, a fin de hacer la creación de riqueza independiente (relativamente) del tiempo de trabajo utilizado para ello. Por otro lado, pretende medir las gigantescas fuerzas sociales así creadas por el patrón del tiempo de trabajo, y encerrarlas en los límites estrechos, necesarios para el mantenimiento, en tanto que valor, del valor ya producido. Las fuerzas productivas y las relaciones sociales – simples caras diferentes del desarrollo del individuo social – se aparecen al capital únicamente como medios para producir a partir de su base estrecha. Pero de hecho, son las condiciones materiales, capaces de hacer estallar esta base” [10]. La exposición de esta inadecuación histórica engendrada por el desarrollo del capitalismo jamás impidió a Marx explicar las crisis por los mecanismos de la baja de la tasa de ganancia y la saturación de los mercados. Jamás opuso estos factores diferentes, ni estableció una jerarquía entre ellos. Para Marx, no hay ninguna contradicción u oposición en su utilización de los conceptos de forma valor, mercados y de la tasa de ganancia; se entrelazan, cada uno en sus niveles respectivos, en la comprensión de conjunto de la dinámica y de las contradicciones del capitalismo. Por tanto, no hay por qué oponer nuestra explicación por la tasa de ganancia y los mercados a la de Perspective Internationaliste basada en la ‘forma valor’.
El fin del período de prosperidad de posguerra y el retorno a crisis tendencialmente cada vez más graves no datan de 1982: estos fenómenos comienzan desde finales de los años 1960, como explicábamos en nuestra exposición “El retorno a la baja de la tasa de ganancia... pone fin a la prosperidad de posguerra e inaugura el largo período de crisis que conocemos desde hace una cuarentena de años”. Este retorno a la baja de la tasa de ganancia tiene su origen en el agotamiento de las ganancias de productividad que fueron la base de la prosperidad de posguerra. Este agotamiento se deriva: 1) del fin de la generalización del trabajo en cadena y de la introducción del trabajo por turnos (3 equipos de 8 horas); 2) de la sobrecarga en capital fijo cuyo coste es cada vez menos compensado por las ganancias de productividad que esta inversión engendra; y 3) el desarrollo de la resistencia obrera. Son estos tres factores conjugados los que han inclinado a la baja las tasas de crecimiento de la productividad del trabajo.
Con toda certeza, hay transferencias de valor entre países basadas en niveles diferentes de productividad y de salarios. Con mayor motivo, esto es válido para la economía dominante: los Estados Unidos. En efecto, una parte de los beneficios americanos, especialmente durante los dos últimos ciclos económicos después de la recesión de 1991, provienen de estas transferencias de valor. Este mecanismo es recordado en nuestro artículo del nº 1 de Controverses que desarrolla teórica y empíricamente la globalidad de nuestro análisis [11]. Recuerda lo que Marx decía ya de él: “El beneficio puede obtenerse igualmente por estafa en la medida en que uno gana lo que otro pierde. La pérdida y la ganancia dentro de un país se igualan. No ocurre lo mismo entre varios países... tres jornadas de trabajo de un país pueden intercambiarse por una jornada de otro país. La ley del valor sufre aquí modificaciones esenciales. O bien, de igual modo que dentro de un país trabajo cualificado, trabajo complejo, corresponde a trabajo no cualificado, simple, de la misma manera las jornadas de trabajo de diferentes países pueden corresponderse mutuamente. En este caso, el país rico explota al país pobre, incluso si este último gana en el intercambio...” [12]. O también: “Se puede tener la misma situación con respecto al país al que se expiden, y de donde se reciben, mercancías; aunque éste suministre más trabajo materializado in natura que el que recibe, obtiene, a pesar de todo, la mercancía más barata de lo que él mismo podría producirla. Exactamente igual que el fabricante que, al utilizar una invención nueva antes de su generalización, vende más barato que sus competidores y, sin embargo, por encima del valor individual de su mercancía, es decir, valoriza como plustrabajo la productividad específicamente superior del trabajo que emplea. De esta manera realiza una plusganancia” [13]. Sin embargo, sin poder ir más lejos sobre esta cuestión en el marco de esta primera respuesta, señalemos que estas transferencias no representan la mayor parte de los beneficios en los Estados Unidos. ¡Era, por tanto, inútil llegar hasta este nivel de precisión en el marco de una exposición de veinte minutos!
En fin, nosotros no pensamos que hacer obra de clarificación pase indefectiblemente por escribir largos artículos recordando y parafraseando sistemáticamente el conjunto del análisis de Marx por enésima vez. Aplicar el método marxista es hacerlo vivir para comprender y transformar el mundo. Es lo que hemos intentado hacer en nuestra exposición para comprender el crac de 2008. Esto nos parece que es ser fiel al espíritu del método marxista, en lugar de respetar su letra anunciando eternas repeticiones. De igual modo, a fin de dejar el máximo de tiempo a la discusión, nuestra exposición estaba centrada en una cuestión muy precisa, y una sola: “Al ser vasto el tema de esta reunión pública [¿Qué crisis del capitalismo?], el único aspecto que será tratado aquí concierne al análisis de las causas de la crisis y las preguntas que se puede uno hacer a propósito de su comprensión” (nuestra exposición). A partir de ahí, si Perspective Internationaliste y sus lectores desean conocer el basamento teórico de nuestra exposición, pueden dirigirse a nuestro artículo Comprender la crisis económica en el nº 1 de nuestra revista y disponible en varias lenguas en nuestro sitio Web [14]. Allí encontrarán los aspectos históricos y teóricos que no teníamos tiempo de recordar ni abordar en una exposición de veinte minutos, especialmente todos los deseados por Perspective Internationaliste en sus comentarios: el contexto histórico, los basamentos teóricos de precio, ganancias y plusganancias, y las transferencias de valor entre países.
Antes de juzgar y caracterizar una posición o un grupo, la izquierda italiana de Bilan prefería conocer primero seriamente los argumentos respectivos, entablar la discusión y no sacar conclusiones más que sobre una base sólida y seria. Es lo que llamaba: desarrollar “la preocupación por determinar una sana polémica política” (nº 1, 1933). Es también nuestra preocupación. Nos guardaremos, pues, mucho de emitir apreciaciones perentorias a imagen de las que enuncia Perspective Internationaliste en su primer artículo de discusión: “Un análisis próximo al método marxista debería, ante todo, ser histórico, lo que está completamente ausente del texto de Controverses”, “la mala influencia de la CCI [Corriente Comunista Internacional] parece no estar completamente superada”, “esta falta de aproximación marxista”....
Sin embargo, debemos observar que los comentarios hechos a nuestra exposición tienen el interés de revelar muy claramente los puntos de incomprensión o de desacuerdo que Perspective Internationaliste desarrolla con el análisis de Marx. En efecto:
a) Perspective Internationaliste piensa que “El problema de los mercados y la tendencia a la disminución de la tasa de ganancia no pueden ser separados”, que incluso tienen un “origen común”, mientras que Marx piensa que estos dos conceptos son “independientes”, “no ligados teóricamente”, “no son idénticos”.
b) Perspective Internationaliste piensa que “el declive de la parte salarial no puede ser presentado como un problema de reducción de los mercados en sí mismo”; está en desacuerdo, pues, con el análisis de Marx según el cual “la razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y el consumo restringido de las masas”.
c) Mientras que Marx insiste constantemente en la idea de que la apuesta en torno a la apropiación del producto social y su reparto entre las clases engendra desproporciones que restringen la demanda final y frenan la acumulación, Perspective Internationaliste defiende la idea del mantenimiento de esta demanda por el simple juego de los vasos comunicantes entre sus diferentes componentes: “el aumento de los mercados solventes y la disminución relativa de los salarios pueden ser concomitantes” y que “si los salarios disminuyen relativamente a las ganancias, esto significa que los capitalistas pueden consumir más”.
Perspective Internationaliste vuelve aquí, bajo otra forma, a la vieja ley de la economía clásica que postula la equivalencia entre la oferta y la demanda, la producción y los mercados, ley de Jean-Baptiste Say que Marx no ha dejado de combatir a lo largo de sus trabajos.
A la luz de estos extravíos teóricos importantes, Perspective Internationaliste debería preguntarse si es realmente nuestra exposición la que “carece de aproximación marxista”, que no sería “más que únicamente un análisis empírico”, que “el método marxista [...] está completamente ausente del texto de Controverses” [...]; esta manera de debatir, así como los consejos condescendientes dirigidos a nosotros, deberían llevar a Perspective Internationaliste a preguntarse acerca del verdadero destinatario de su observación: “la mala influencia de la CCI [Corriente Comunista Internacional] no parece estar completamente superada”.
Finalmente, nos gustaría corregir ciertas afirmaciones algo apresuradas presentadas por Perspective Internationaliste concernientes a nosotros. En primer lugar, nosotros no somos un grupo político sino un proyecto con el que se han identificado toda una serie de participantes. Este proyecto está definido en nuestros dos primeros editoriales. Por tanto, Controverses no es una escisión de la Corriente Comunista Internacional, como afirma Perspective Internationaliste, puesto que la gran mayoría de sus colaboradores se han unido a este proyecto DESPUÉS de su creación y, o bien jamás han sido miembros de la CCI, o bien no lo son desde hace mucho tiempo. De ahí que la exposición presentada en la reunión pública común entre Perspective Internationaliste y Controverses no sea la posición de Controverses sino la de uno de sus colaboradores. Aun cuando este análisis es compartido, en todo o en parte, por muchos de nuestros colaboradores, hay entre nosotros otros análisis acerca de la crisis que se expresarán pronto en los próximos números de nuestra revista.
C. Mcl.
Traducido del francés al español por EM, 17 de noviembre de 2009.
[1] Sobre las causas de la última crisis: http://www.leftcommunism.org/spip.php?article102.
[3] Algunas observaciones a propósito de la presentación de Controverses sobre la crisis: http://internationalist-perspective.org/blog/.
[4] Marx, Grundrisse, La Pléiade, Économie II: 489.
[5] Marx, El Capital, Libro III, sección 3ª, La ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia, cap. XV, Desarrollo de las contradicciones internas de la ley, § 1 Generalidades, Éditions Sociales, tomo I: 257-258
[6] Marx, El Capital, Libro III, cap. XXX, Capital dinero y capital real, La Pléiade, Économie II: 1206. Marx, El Capital, Libro II, cap. XX, La reproducción simple, § IV, Los intercambios dentro del sector II, La Pléiade, Économie II: 781.
[7] Ver el gráfico nº 3 de nuestra exposición que indica que la parte de los salarios en el producto interior bruto de la Unión Europea ha pasado de 67% en 1982 a 57% hoy.
[8] Fuente: M.Husson, Los envites de la crisis, http://hussonet.free/brechcriw.pdf
[9] Marx, El Capital, Libro II, cap. XX, La reproducción simple, § IV, Los intercambios dentro del sector II, La Pléiade, Économie II: 781.
[10] Marx, Grundrisse, La Pléiade II: 306, y Éditions Sociales II: 194.
[11] Comprender la crisis económica: http://www.leftcommunism.org/spip.p...
[12] Marx, Theorien über den Mehrwert, vol. III: 279-280.
[13] Marx, El Capital, Libro III, Éditions Sociales, tomo VI: 250.
[14] En francés: http://www.leftcommunism.org/spip.p... En alemán: http://www.leftcommunism.org/spip... Y en inglés: http://www.leftcommunism.org/spip.p...